Edición Especial 2007

Madera petrificada

Caprichos de la naturaleza

El hombre siempre ha estado fascinado por las formas petrificadas de animales y plantas. Durante siglos, estos fósiles fueron considerados inexplicables ludi naturæ, caprichosos juegos de la naturaleza.

Leonardo da Vinci fue el primero, tras los antiguos griegos, en reconocerlos como restos legítimos de organismos vivos. Hallazgos recientes constatan esta teoría. En Arizona y la Patagonia, por ejemplo, se han descubierto bosques petrificados de millones de años de antigüedad.

Tras sucesivas erupciones volcánicas que enterraron la vegetación bajo mantos de cenizas ardientes o sometida a inundaciones y aplastamientos por espesas capas de sedimentos, la madera de estos bosques sufrió una metamorfosis única.

A lo largo de un proceso de cristalización continuado durante 360 millones de años, sedimentos de las capas de cal, fosfatos y sales minerales fueron penetrando en la madera. Aunque gradualmente fueron reemplazando su materia fibrosa, parte de las estructuras naturales se mantuvieron intactas.

En un medio natural rico en ácido silícico, la madera petrificada derivó en un estado preliminar de piedra semipreciosa como la calcedonia y la ágata. La pluma estilográfica diseñada para este año 2007 destaca la estética inconfundible de esta original joya.

Preciosa como el diamante

El uso de madera petrificada para elaborar el cuerpo de una pluma estilográfica es un giro inusitado en el historial de magníficas maderas de la colección Graf von Faber-Castell.

La madera de fronda de Brasil fue especialmente seleccionada en base a su resistencia para el tallado de alta calidad. Singular por la forma en que combina tonalidades, esta sorprendente madera petrificada fusiona matices de color cambiantes. Tonalidades que fluyen desde el color marrón claro y pasan por el color gris antracita para desembocar en un negro intenso donde las vetas son casi imperceptibles.

El profundo pero discreto brillo de esta excepcional piedra provoca una sensación que perdura en el tiempo.

Precitrabajada a mano por maestros artesanososa como el diamante

El reto más grande al que nos enfrentamos en la elaboración de esta pluma estilográfica fue la adaptación de las piedras para ajustarlas al tamaño y las formas previstas según una técnica propia del arte de la joyería, la talla de precisión.

Para ello se requería del toque certero de un tallador experimentado que hiciera resaltar los matices únicos de la piedra, complejo proceso que arrancaba en el corte inicial y acababa en el pulido final.

Continuadora de la tradición de los talleres de piedras preciosas de Idar Oberstein, fundados en el siglo XV y de renombre internacional, la fábrica de piedras preciosas de Herbert Stephan estaba predestinada para una tarea de tan ingentes proporciones.

Fusión de contrastes

Las plumas estilográficas Edición Especial 2007 fusionan las características de un útil de escritura y una joya en una pieza única.

Cada una de las excepcionales piedras ensambladas en la estructura bañada en platino se complementan entre sí para exhibir un atrevido brillo de singular esencia. Gracias a su impecable talla de precisión, no se detectan ni las más mínimas desigualdades en la transición entre la piedra y el metal.

Esta original combinación de materiales, a priori sin ninguna coincidencia entre sí, encuentra en la Edición Especial 2007 una forma en la que armonizar a la perfección.

Escribiendo con estilo

Cuando sostenga entre sus manos una pluma estilográfica Edición Especial 2007, inmediatamente le invadirá la sensación de estar escribiendo con una piedra preciosa convertida en pluma.

La percepción de su brillo especial se sublima con las características propias de los magníficos útiles de escritura Graf von Faber-Castell.

El broche de oro de esta obra de arte única es la excepcional piedra de la parte inferior del tapón. Tallada con gran precisión, muestra las distintas facetas de la piedra y ha sido pulida hasta conseguir un reluciente acabado brillante. Grabado con el logotipo de la fábrica de piedras preciosas de Herbert Stephan en su interior, representa la culminación del trabajo artesanal en todo su esplendor.

Extraordinaria presentación

Cada una de las piezas viene numerada en el interior del tapón y se presenta en un atractivo estuche de regalo que incluye un folleto informativo y un certificado de autenticidad. La firma personal de Andreas Crummenauer, maestro artesano jefe de la fábrica de piedras preciosas de Herbert Stephan, garantiza tanto la procedencia como la calidad de la madera petrificada.